El Árbol de la Vida está formado por diez esferas llamadas las diez sagradas sefirot. Estas formas, suma da a las 22 líneas que las conectan, llamadas pasajes, forman los 32 caminos de la sabiduría y constituyen las puertas de la experiencia que conduce al despertar espiritual.
Debemos tener en mente que cada esfera es esencialmente, un nivel de conciencia que reside dentro de nosotros. En estos niveles habitan muchas de nuestras habilidades y potenciales ocultos. Las sefirot son reales estados de conciencia dentro de los cuales operan las fuerzas y capacidades propias de cada individuo.
Los pasajes que conectan a las sefirot son escalones a través de los cuales podemos alcanzar esos niveles.
Hay escalones que posibilitan el despliegue y el despertar de una plena realización del Universo y de nuestro lugar en él. A este proceso se lo llama “Despertar a la Espada de Dios”.
Cada sefirá es de naturaleza dual. Representan las diversas etapas de la manifestación del espíritu divino en el Universo, por ejemplo, el proceso creativo. A la vez, carda sefirá actúa sobre la próxima, aportándole mayor densidad. Este desarrollo secuencial se llama Pasaje de la Espada Flameante’.
Es responsabilidad individual el volver a despertar esas fuerzas. Esto puede realizarse gracias al trabajo y los ejercicios en carla nivel de conciencia. Cada vez que tocamos uno de estos niveles, la energía innata despierta en nuestro interior de modo progresivo.