Nombre maya: HOXLAHUN
PODER CREATIVO: Perdurar
ACCIÓN: Trascender
FUNCIÓN: Presencia
CUESTIONES A TRASCENDER: ¿Cómo puedo trascender mi propósito? ¿Cómo supero todos los límites de la existencia?
MOMENTO EVOLUTIVO: Es el momento donde el ciclo termina, donde se disuelve el proyecto, para dar lugar a uno nuevo, con toda la experiencia de lo aprendido.
El Tono Cósmico habla de la trascendencia o superación de todos los caminos, de todos los límites, y simboliza un vuelo o salto dimensional; propone el cambio último para llegar a la meta siguiente, sin perder lo aprendido, permitiendo entonces que lo que se ha propuesto, armonizado, concretado y universalizado en pasos anteriores
pueda perdurar en el tiempo y el espacio, pueda ejercer el poder de su presencia aún cuando se hayan comenzado ya otros caminos o propósitos. En un sistema dinámico y cíclico como el que nos han propuesto los
Mayas, se entiende que todo se mueve hacia un aparente fin que no es más que un retorno a la Fuente Primordial, a la Unidad, es decir, un nuevo comienzo. En una escalera o camino energético, el duodécimo escalón es el último, y el decimotercero es en realidad la tabla del el que está trascendiendo y el que sigue. En esa posición
relativamente privilegiada puede entender la realidad de una manera diferente, y es por eso que las llamadas fuerzas ocultas se hacen presentes en su camino. Por eso necesita revisar sus resistencias a los cambios, a las aperturas cósmicas que se materializan constantemente, a cada paso consciente o no que dé. Va entrando
naturalmente en una dinámica que lo tironea entre lo viejo y lo nuevo, lo más bajo y lo más elevado. En la medida en que atiende a las sincronías o confluencias energéticas (coincidencias de todo tipo, que al principio llamará “casualidades”), en la medida en que se deja sintonizar por nuevas frecuencias vibracionales, consigue conexiones
sin límite. Se sienten con un pie en esta realidad y otro en otra que están intuyendo o ya vislumbrando, al modo de “Caminantes del Cielo” (recordemos que es el sello 13). Son inasibles, inclasificables, a menudo extraordinarios; nadie puede atraparlos o limitarlos. Siempre están yendo más allá, buscando el salto definitivo, el vuelo que los
coloque por encima de todo propósito, que los ubique en una dimensión más alta del Ser, en el circuito energético siguiente. Su presencia es notoria, difícil de ignorar, y nos enseñan que volar sí es posible, que como ellos podemos trascender.