Nombre maya: KAN
PODER CREATIVO: Definir
ACCIÓN: Medir
FUNCIÓN: Forma
CUESTIONES A TRASCENDER: ¿Cuál es la forma, la medida que diseña la base de mi vida?
MOMENTO EVOLUTIVO: Es el momento en el que nos cuestionamos CÓMO debemos lograr el propósito ¿Cómo llevo a cabo mis propósitos?¿Cuál es la estructura más adecuada para hacer más sólida mi misión?
El Tono Autoexistente habla de estructura, de orden, de definición, de claridad para echar los fundamentos de algo. Supone una capacidad de concretar sueños, de hacerlos realidad porque previamente se ha podido discernir con luz y madurez interior. Es también una manifestación de lógica natural, de ordenamiento mental, todo aquello que se organiza para armar una estructura coherente y a la vez creativa. Es el Cuatro, cuadrado de la perfección de la forma, base de la pirámide, fundamento de todo lo visible. El portador del Tono Autoexistente debe medir, calcular, sopesar, diseñar, moldear la realidad en cualquiera de sus niveles, más materiales o más sutiles. Para eso se conecta con la idea, el proyecto de lo que todavía no es visible, para ir plasmándolo en la realidad externa,
usando al mismo tiempo discernimiento y coherencia, creatividad y practicidad en todos los órdenes de la existencia. Las personas portadoras del Tono Autoexistente deben comprender que el cuadrado no es para encerrarse, sino para construir la base cuadrada de la pirámide, imagen de la construcción y elevación personal. La asunción en luz de su vibración personal los lleva a ser buenos diseñadores, planificadores, arquitectos, estrategas, gente que se manifiesta como sólida.
Se descubren a sí mismos preguntándose el cómo, cuál es la receta, la fórmula más o menos mágica para resolverlo todo, o bien se encuentran rodeados de las preguntas de los otros, que quieren saber cómo se hace algo y que recurren naturalmente a su ayuda. En todos los casos terminarán descubriéndose a sí mismos como la
respuesta más adecuada, porque al fin y al cabo el ser humano es la medida de todas las cosas.
Es una energía que se vincula con mucha facilidad a los 4 elementos, a las 4 estaciones, a los ciclos mismos de la vida.
En la función evolutiva es el momento en el que los sueños y anhelos comienzan a tomar forma, lo tangible conecta con lo indefinido, lo surreal con lo concreto. Es el instante en el que la energía creativa se canaliza constructivamente, generando el poder para la manifestación practica.