Ser uno con el Todo
El Ascendente en Piscis invita a un profundo viaje hacia la integración de la compasión, la empatía y el amor incondicional, cualidades que nos conectan con las dimensiones espirituales o divinas del Ser. Piscis actúa como una antena que capta pensamientos, energías, ideas y sentimientos de todos los seres, disolviendo los bordes que nos separan y recordándonos que somos parte del Todo.
Sensibilidad y confusión
Tener Piscis en el Ascendente significa estar constantemente recibiendo información del entorno, lo que puede ser abrumador. Este flujo ambiguo y contradictorio puede generar confusión, llevándonos a perdernos en un mar emocional. Desde el nacimiento, la persona puede haber vivido en ambientes confusos o engañosos, con secretos familiares y poca claridad.
La tendencia a evadir la realidad es común, y puede manifestarse a través de técnicas meditativas, espirituales o incluso del abuso de sustancias. El reto del Ascendente en Piscis es trascender estas evasiones para acceder a su dimensión espiritual más pura, permitiéndose atravesar las experiencias necesarias para abrirse sin temor a sentir.
El desafío de la compasión
La compasión puede manifestarse desde la infancia, conectando a la persona con el sufrimiento de su entorno y de todos los seres vivos, lo que puede derivar en largos periodos de tristeza o depresión. A menudo, se busca refugio en el mundo de los sueños y la fantasía de un mundo mejor, donde las emociones puedan fluir sin las limitaciones de la realidad.
El potencial de este Ascendente reside en su capacidad para empatizar profundamente con los demás, sintiendo como propios los dolores y alegrías ajenas. Sin embargo, es fundamental que aprenda a establecer límites para no quedar atrapada en el sufrimiento de otros. Las ilusiones y desilusiones serán una constante, ya que Piscis tiende a idealizar personas y situaciones, basándose en los arquetipos del inconsciente colectivo, donde todo parece perfecto, pero la realidad humana no siempre se ajusta a esa perfección.
El trabajo interior
A lo largo de la vida, la persona con Ascendente en Piscis recorrerá un camino lleno de desilusiones, aprendiendo a equilibrar la ilusión y la realidad. El desafío será integrar estos opuestos, permitiendo que ambos se encuentren y armonicen en una danza consciente.
Piscis también ofrece un enorme potencial para expresarse a través del arte y la sanación espiritual, ayudando a otros a sanar desde el nivel más profundo del Ser. La curación física requiere de una sanación espiritual, y este acceso a lo divino es algo innato en quienes tienen Piscis en el Ascendente.
La matriz arquetípica
La Casa IV en Géminis: el canal de comunicación del espíritu
La Casa IV en Géminis llevará a la persona con este Ascendente a refugiarse en un mundo mental. Su mente puede ser muy activa, algo así como una radio que nunca se apaga. Esto constituye una inercia al aprendizaje del Ascendente, porque Piscis es el silencio absoluto en el que se pueden escuchar solo las almas. El potencial que tiene esta cualidad geminiana innata es el de poner en palabras los planos más sutiles de la existencia, lo que posibilita comunicar estos conocimientos espirituales a otros.
La Casa VIII en Libra: hacia un nuevo concepto del amor
En su búsqueda de la belleza, se puede quedar atrapada en la dependencia de la imagen, que puede ser superficial si solo se trata de agradar desde la belleza del cuerpo. Si no se transforma este nivel libriano, no es posible acceder a las profundidades que pide este Ascendente. Además, el ideal de relación solo interpersonal que propone Libra le queda muy limitado a Piscis, que tiene amor para todos.
La Casa XII en Acuario: todos somos uno en la gran red
La Casa XII en Acuario da un talento natural para ser comprensivos con los diferentes, realizar actividades humanitarias, luchar por causas comunes. Pero lo que el Ascendente pide a la persona es la entrega total a algo que la trasciende; la dilución de sí misma en el Todo, en la experiencia de la vida como un estado de meditación constante. El refugio en las redes sociales tecnológicas, las amistades, las ideas y los proyectos a futuro puede impedir a la persona desconectarse del mundo virtual y entregarse al amor universal. Llega un momento en que el desapego acuariano debe ser trascendido para alcanzar la verdadera compasión, la de sentir en las tripas lo que siente el mundo.