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Yoga para el Sistema Nervioso

    Investigación

    En este Texto hace foco en cómo se conforma nuestro sistema nervioso siendo este, entre todos los sistemas de nuestro cuerpo, el que comanda a los demás, equilibrándolos o desequilibrándolos. También se mencionara cómo, frente a determinadas experiencias de la vida, entramos en estados de Estrés y Ansiedad; que cuando se dan en exceso, afectan al sistema nervioso pudiendo ocasionar problemas en la salud.

    A lo largo de la vida, en nuestro caminar, vendrán por destino diferentes situaciones y experiencias, donde cada persona las recibirá de determinada forma, siéndole más fácil adaptarse o no. El sistema nervioso que nos conforma es el encargado de recibir la información del medio que nos rodea a través de los órganos de los sentidos. Éste se divide en dos: Sistema Nervioso Central y Sistema Nervioso Periférico. Empezaré, en primero lugar, por el centro de nuestro sistema nervioso. Está conformado por el Encéfalo (Cerebro, Cerebelo y Tronco Encefálico) y la medula espinal (canal vertebral). El cerebro es capaz de coordinar y controlar el cuerpo y la mente. Un órgano realmente maravilloso compuesto por aprox. 86 mil millones de neuronas, células especializadas capaces de recibir información procedente de los ojos, oídos, nariz y otros órganos sensoriales, traduciendo todas estas señales en impulsos nerviosos. Estas Neuronas, a su vez, están conectadas por millones de sinapsis (conexión entre neuronas donde se generan estos impulsos nerviosos), generando respuestas en forma de movimiento (pensamientos e ideas). La mayoría de ellos se dan en áreas del cerebro como: la corteza pre frontal, que está involucrada en funciones superiores como el razonamiento y la toma de decisiones. Las áreas límbicas, están asociadas con las emociones y la motivación, mientras que otras regiones se dedican a la memoria, el aprendizaje, la creatividad. Estos mensajes luego, se envían al cuerpo, indicando a los músculos cómo moverse, caminar, hablar, etc. Podemos notar también su gran plasticidad, siendo capaz de cambiar adaptarse a nuevas experiencias, aprendizajes o lesiones. En resumen, este órgano se encarga principalmente de la comunicación y el procesamiento de la información que va recibiendo. Por debajo vamos a encontrar el Cerebelo que controla el equilibrio, la precisión y coordinación de la postura de nuestro cuerpo.

    Un poco más adelante, se encuentra el tronco encefálico. Este se conecta con la médula espinal y controla funciones corporales críticas, como la consciencia, la respiración, la presión arterial y los latidos del corazón. En esencia esta primera parte de nuestro cuerpo superior nos permite ser conscientes de nosotros mismos. Luego, empezando a conectar con partes inferiores como la espalda, el pecho, el corazón y entre otras sensaciones, aparece la médula espinal. Es como un cable eléctrico grueso que se extiende desde la base del cerebro hasta la región lumbar de la columna vertebral. Se encarga de la transmisión de los impulsos nerviosos hacia los músculos, vasos sanguíneos, glándulas y órganos. Estas señales vienen desde el cerebro y le indican al cuerpo lo que debe hacer, como, por ejemplo, mover los brazos, las piernas, etc. También, transporta hacia el cerebro las señales procedentes del resto del cuerpo, por ejemplo, qué es lo que se está tocando o dónde duele. Así mismo, los reflejos (como retirar la mano de una estufa caliente). La medula espinal es muy importante y delicada, es el centro motriz del cuerpo. Cualquier lesión que suceda en ella podría afectarnos la motricidad del mismo.

    En segundo lugar, existe de una importante red de nervios que conforma el Sistema Nervioso Periférico, encargados de transmitir señales desde y hacia el cerebro y la médula espinal, enlazándose con el resto de los órganos del cuerpo, permitiendo una comunicación constante. Se denominan nervios periféricos y se dividen en dos sistemas: autónomo (parte involuntaria que controla las células cardiacas, musculares lisas y glandulares) y somático (parte voluntaria que controla la musculatura esquelética y procesamiento de la sensibilidad somática). En este apartado me voy a detener en el sistema nervioso autónomo, el cual está compuesto por dos subsistemas principales: el sistema nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático. Ambos trabajan juntos a la hora de responder a las demandas cambiantes del entorno manteniendo el equilibrio en el cuerpo, lo que se conoce como homeostasis. El sistema nervioso simpático se activa para ayudar al cuerpo a responder de manera efectiva frente a una situación amenazante, despertando una alerta en el cuerpo (“peligro”), mientras que el sistema nervioso parasimpático ayuda al cuerpo a recuperarse y volver a su estado de equilibrio después de la situación estresante. Estas situaciones de alerta, donde se activa el sistema simpático, entramos en estados estresantes generando en su prolongación ansiedad y desencadenando una serie de reacciones: aumento la frecuencia cardíaca, aumento de la hormona del cortisol, dilatación de los vasos sanguíneos que van a la musculatura esquelética y que, a su vez, se contraen los que van a las vísceras, bajando la actividad del sistema digestivo. Dilatación de los bronquios de los pulmones (incrementando la retención de oxígeno, respirando superficialmente), entre otras reacciones que aparecen en la imagen de abajo. Este estado nos conecta con nuestra parte, todavía, primitiva; parte de nuestro cerebro llamado reptiliano, dominado por el tronco encefálico y el cerebelo, que controla el comportamiento y el pensamiento instintivo para sobrevivir. En tiempos primitivos este estado de alerta se generaba debido a depredadores que podían estar invadiendo nuestro territorio, animales que querían cazarnos o bien nosotros teníamos que cazar para alimentarnos y no morir. En los estilos de vida actuales si bien no ocurren experiencias como esas, los humanos llegamos a los mismos estados de alerta por situaciones que hoy nos convocan a todos y todas, como por ejemplo: dificultades económicas, exigencias laborales, fragmentación social o bien experiencias personales, fallecimiento de un ser querido, ruptura de relaciones, desempleo, entre otras. Estos hechos/experiencias que nos ocurren, alteran nuestro sistema nervioso y devienen en pensamientos de preocupación, generando emociones de miedo, angustia, tristeza, entre otras. En cambio, el Sistema Nervioso parasimpático se activa induciendo al cuerpo en un estado de relajación, calma y descanso; bajando la frecuencia cardíaca, la presión arterial, disminuyendo la frecuencia respiratoria y la constricción de las pupilas. Se relajan los músculos y la estimulación de la digestión y la eliminación de los desechos corporales.

    En momentos de Estrés se nos alerta ante estímulos (objetos, personas, animales o situaciones) que nuestro sistema nervioso considera potencialmente amenazantes. Por lo tanto, sentirlos de forma ocasional es normal y adaptativo. Pero, cuando estas reacciones se prolongan en el tiempo es donde comenzamos con conductas, sentimientos de ansiedad, produciendo una sobrecarga en el organismo pudiendo desencadenar problemas en la salud. Por esta razón, tenemos que aprender a detectarla y comprender su función de alarma. Saber de qué nos está alertando y cómo llevarla a un estado que resulte adaptativo y eficiente para nuestra vida diaria. Desarrollé hasta aquí los diferentes órganos que se ponen en juego en momentos de estrés y también como estos mismos pueden entrar en equilibrio según el sistema que se active.

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