“La solidaridad trae buena fortuna. Pregunta otra vez al oráculo para saber si tienes la sublimidad, la constancia y la perseverancia. Entonces no hay reproches. Los inseguros se aproximan poco a poco. Quien llega demasiado tarde encuentra el infortunio.”
Se trata de asociarse con otros con el fin de complementarse y de ayudarse mutuamente gracias a la solidaridad. Tal unión requiere un centro alrededor del cual uno se agrupa con los otros. Convertirse en un centro para la unión de los hombres es un asunto grave y de gran responsabilidad. Ello exige una grandeza interior, ser lógico y fuerte. Es por eso que aquél que quiere reunir a los otros alrededor suyo debe ponerse a prueba a sí mismo para saber si está a la altura de la situación. Quien quiera reunir a los otros sin tener la aptitud y la vocación, causa más confusión que si no hubiera ninguna reunión.
Pero allí donde existe un auténtico punto de reunión, se ve aproximarse a los inseguros, por ellos mismos y poco a poco, de una manera vacilante al comienzo. Los que lleguen demasiado tarde sufrirán por ello. Se trata de una unión que debe realizarse en el tiempo oportuno. Las relaciones se establecen y se afirman siguiendo leyes internas determinadas. Las experiencias comunes las consolidan. Quien llegue demasiado tarde y no pueda tomar parte a esas experiencias fundamentales, y cuando encuentre la puerta cerrada tendrá que reprocharse su inseguridad su tardanza.
Si un hombre reconoce la necesidad de reagrupamiento y no se encuentra suficientemente fuerte como para situarse al centro de la unión, su deber será, entonces, convertirse en un miembro más de la comunidad.