“ La verdad interior. Cerdos y peces. Buena fortuna. Será provechoso cruzar la gran corriente. La perseverancia es conveniente.”
Los cerdos y los peces son los animales menos espirituales de la creación, y en consecuencia los más difíciles de influir. La fuerza de la verdad interior debe alcanzar un alto grado antes de extender su acción a los seres de ese género. Tratando con personas recalcitrantes difíciles de influir como cerdos y peces el secreto del éxito reside en encontrar la manera correcta de aproximarse a ellos. En primer lugar hay que liberarse interiormente de todo prejuicio y prácticamente dejar que la psiquis de la otra persona penetre en nosotros sin restricciones. Sólo así podremos aproximarnos interiormente del interlocutor, comprenderlo y ganar poder sobre él. Cuando una puerta ha sido abierta de este modo, la fuerza de la propia personalidad puede influirlos. De esta manera no se encuentran obstáculos insuperables y se pueden emprender las cosas más peligrosas, como cruzar la gran corriente, y triunfar. Lo que importa comprender esencialmente es el fundamento de la verdad interior. No es idéntico a una mera intimidad o a una solidaridad secreta. Tal solidaridad íntima también puede existir entre los ladrones. Sin duda, incluso en este caso también representa una fuerza. Pero no lleva a la fortuna, porque no es invencible. Todas las alianzas fundadas sobre la comunidad de intereses son válidas hasta cierto punto. Donde la comunidad termina, la alianza también se detiene y la amistad más íntima a menudo se convierte en odio. Sólo cuando el fundamento reposa en la rectitud y la firmeza, el vínculo permanece lo suficientemente fuerte como para superarlo todo.