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32. HENG / LA DURACIÓN

    “Éxito. Sin remordimiento. La perseverancia es ventajosa. Es ventajoso tener donde ir.”

    La duración es un estado cuyo movimiento no es impedido por los obstáculos. No se trata de un estado de reposo, porque la mera detención es regresión. La duración es más bien un movimiento que se cumple siguiendo leyes determinadas, coherente consigo mismo y además que se renueva constantemente; indica un movimiento enmarcado y organizado, firmemente centrado sobre él mismo, en el cual todo fin es seguido constantemente de un nuevo comienzo. El fin se alcanza por un movimiento hacia el interior, de inhalación del aliento, el sístole, la concentración. Ese movimiento se cambia por un nuevo comienzo dirigido hacia el exterior: es la exhalación del aliento, el diástole, expansión.
    Es de esta manera que los cuerpos celestes se mueven por el cielo en sus órbitas y pueden, por consiguiente, brillar de una manera durable. Las estaciones del año se desarrollan siguiendo una ley fija de cambio y transformación, y pueden en consecuencia obrar durablemente.
    Así, el hombre que ha escuchado el llamado da un significado duradero a su manera de vivir y el mundo recibe con ello una forma. Con eso las cosas adquieren su duración, y es posible reconocer la naturaleza de todos los seres en el cielo y sobre la tierra.