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2. K´UN / LO RECEPTIVO

    “Lo receptivo produce un éxito sublime, favorecido por la perseverancia de una yegua. Si el hombre noble emprende algo y trata de guiar, errará el camino. Pero si dócilmente se deja guiar, entonces seguirá una buena dirección. Es favorable encontrar amigos en el oeste y en el sur, y alejarse de los amigos del este y del norte. La tranquila perseverancia trae buena fortuna.”

    Los cuatro aspectos fundamentales de lo creativo (2), “el éxito sublime favorecido por la perseverancia”, sirven igualmente para caracterizar los atributos del poder en su aspecto pasivo, lo receptivo. Aquí la perseverancia está definida con más precisión, como siendo la perseverancia de una yegua. Lo receptivo designa la realidad espacial frente a la potencia espiritual de lo creativo. El caballo pertenece a la tierra, tal como el dragón pertenece al cielo. La yegua fue elegida como símbolo porque combina la fuerza y ligereza del caballo con la docilidad y devoción de la vaca.
    Las múltiples formas de la tierra responden a las múltiples intenciones creativas, porque la tierra tiene el poder de lo receptivo de convertirlas en algo real. La riqueza de la naturaleza reside en su poder de nutrir todos los seres, y su grandeza reside en que les da belleza y esplendor. Ella hace prosperar todo lo viviente. Lo Creativo engendra las cosas, pero nacen gracias a la naturaleza. Aplicado a los asuntos humanos, el hexagrama significa acción en conformidad a la situación. La persona en cuestión no se encuentra en una posición independiente, sino que actúa como asistente. Significa que debe concluir algo. Su tarea no significa que debe dirigir -lo que sólo puede desviarla de su camino- sino dejarse guiar, tal es su rol. Si sabe enfrentarse al destino en una actitud de aceptación, puede estar segura de encontrar la dirección correspondiente. El hombre noble se deja guiar; no va con los ojos vendados sino que sino que aprende de las circunstancias lo que se exige de él, sigue sus directivas, conoce todo lo que la situación requiere y cede al destino.
    Cuando hay algo que debe ser bien hecho, se requieren amigos y ayudantes en la hora de trabajo y esfuerzo, una vez que los planes de lo que debe ser realizado han sido determinados con firmeza. El tiempo del trabajo y del esfuerzo está expresado por el oeste y el sur, puesto que es allí donde lo receptivo se abre para lo creativo, de la misma manera que lo hace la naturaleza en verano y en otoño. Si no se movilizan todas las capacidades, la tarea no será bien cumplida. Encontrar amigos significa aquí realizar su tarea. Pero fuera del trabajo y del esfuerzo, también existe un tiempo para los planes y el orden: para ello el aislamiento es necesario. El Este simboliza el lugar donde se reciben las órdenes del maestro y el Norte donde uno se da cuenta de lo que se ha hecho. Allí hace falta estar solo y ser objetivo. Esta hora sagrada no debe ser turbada por odios ni favoritismos.

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