“Lo pequeño se va y viene lo grande. Fortuna. Éxito.”
El hexagrama indica la presencia en la naturaleza de una época donde el cielo está en cierto modo sobre la tierra. El cielo ubicado bajo la tierra. Así los dos principios unen sus virtudes en una armonía íntima. De allí nace la paz y la bendición para todos los seres.
En el mundo de los hombres es una época de armonía social. Los superiores se rebajan hacia los inferiores, mientras que los humildes y los inferiores nutren sentimientos amistosos con respecto a los superiores, tan bien que se apacigua toda hostilidad.
Al interior, al centro, en el lugar decisivo está la luz (2ª línea gobernante); la oscuridad está al afuera. Así, el principio luminoso ejerce una influencia creadora y el principio oscuro conserva una actitud sumisa. De manera que las dos partes reciben lo que es debido y merecen. Cuando en la sociedad los buenos ocupan un lugar predominante y tienen el poder en sus manos, los malos por ellos mismos pasan bajo la influencia de los buenos y se mejoran. Cuando, en el hombre, reina el espíritu que viene del cielo, la sensibilidad también está bajo su influencia y ocupa el lugar que le es propio.
Las diferentes líneas entran en el hexagrama por abajo y lo dejan por arriba. Son los elementos pequeños, débiles y malos que se aprestan a partir, mientras que suben los factores grandes, fuertes y buenos. Ello trae buena fortuna y éxito.