Todos, en algún momento de nuestras vidas, nos enfrentamos a desafíos inmensos que están fuera de nuestro control. Puede que un ser querido padezca una enfermedad grave o que un acontecimiento importante en el mundo genere caos en nuestra vida.
En estos casos, realizar algún tipo de magia puede ayudar a influir en las consecuencias finales de la situación. Sin embargo, cuando el problema nos afecta personalmente, nuestra energía puede debilitarse, afectando el poder del hechizo. Por eso, en momentos difíciles, es fundamental cuidar primero de uno mismo antes de intentar ayudar a los demás.
Las propiedades calmantes de la lavanda, la manzanilla y la flor de cananga, presentes en el aceite de la paz mental (ver receta en la página 104), ayudan a reconectarte con tu centro y con el espíritu, permitiéndote soltar la carga emocional, al menos por un tiempo, y recuperar el equilibrio interior.
Se recomienda realizar este sortilegio aproximadamente una hora antes de dormir. Si prefieres dejar que la vela se consuma sola, colócala en un lugar seguro, como el fregadero, antes de acostarte. También puedes apagarla con delicadeza y repetir el hechizo en noches sucesivas hasta que se consuma por completo.
Este hechizo está diseñado para ser personalizado según tu preferencia. Puedes poner música de meditación, preparar una infusión de manzanilla, hacer estiramientos, tomar un baño caliente o cualquier otra actividad que te ayude a relajarte. Cuanto más te prepares a nivel energético, más poderoso será el sortilegio.
Elementos necesarios
- Aceite esencial de la paz mental.
- Una vela blanca.
- Música de meditación (opcional).
Instrucciones
- Si lo deseas, pon música y realiza cualquier acción que te ayude a calmarte.
- Siéntate en silencio y respira profundamente varias veces.
- Aplica una pequeña cantidad de aceite esencial en los puntos de pulso de ambas muñecas y vierte unas gotas sobre la vela.
- Cierra los ojos, respira profundamente unas cuantas veces más y trata de aclarar tu mente.
- Cuando te sientas lista, abre los ojos y enciende la vela mientras recitas las siguientes palabras (o algo similar): “Suelto mi carga y la deposito en mi poder más alto.
Concentro mi atención en mi equilibrio y descanso.
Que así sea.” - Observa la llama de la vela durante unos minutos, manteniendo tu mente en calma y enfocándote en su luz.