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5. EL TREN

    Objetivo: que te relajes a través de una vivencia imaginaria sencilla que aprenderás rápidamente.
    Nivel: intermedio
    Tiempo: 25 minutos.
    Frecuencia: Una vez al día.
    Espacio: En casa, aislado sin interrupciones.

    El ejercicio consiste en alcanzar la relajación imaginando un viaje en tren. En el viaje se logrará un leve estado de trance que te permitirá recargar energía para continuar tus labores. Es muy efectivo y se aprende con facilidad.
    Recomendación: aconsejamos que aprendas la secuencia con tus propias palabras. Tu mente aprenderá fácilmente el recorrido para que hagas este ejercicio las veces que quieras. Con la práctica lograrás relajarte con mayor rapidez en cada ocasión.

    Pasos a seguir:

    1. Siéntate cómodamente en un sillón o recuéstate. Una vez que estés cómodo, toma contacto con tu respiración. Sé consciente del ritmo de tu respiración, de la profundidad y la frecuencia. La respiración te induce a una relajación rápida y saludable.
    2. Empieza poco a poco a alojar el cuerpo y siente cómo cada respiración te ayuda a sentirte más relajado. Deja a un lado los pendientes y preocupaciones que tengas en este momento. Regálate estos minutos de concentración y descanso. Pídele a tu mente quince minutos de paz y después despertarás sintiéndote lleno de energía.
    3. Imagina un largo viaje en tren. Ponte cómodo, vas seguro. Cómodo. El paisaje que ves por la ventanilla es agradable. Mientras miras el paisaje durante kilómetros y kilómetros, el movimiento leve del tren te arrulla y el ronroneo del motor te ayuda a descansar más profundamente. Fija la mirada a lo lejos y siente los párpados cada vez más pesados. Ya sólo escuchas las ruedas del tren que se deslizan suavemente sobre los rieles.
    4. A medida que avanza el tren, los músculos de tu cuerpo se van soltando, la monotonía del viaje y la tranquilidad te ayudan a descansar. Es posible que sientas calma y que la disfrutes. La tranquilidad te invade. Esta sensación plena de paz interior la puedes tener cada vez que subas al tren, disfrútala. Date cuenta del ritmo de tu respiración, la relajación es más profunda cada vez.
    5. El trayecto sigue y poco a poco sientes cómo la energía en tu organismo se hace presente. Empieza a sentir las piernas y los brazos, eres más consciente de tu posición, de los sonidos que te rodean, y te das cuenta de que estás por llegar al final del trayecto. Ha sido un viaje muy agradable y útil.
    6. Da gracias a tu mente por llevarte a lo largo de este viaje tan cómodo y toma contacto con tu respiración, con tu postura, con tu entorno. Cuando estés listo, abre los ojos y continúa con tus actividades.

    Tarea: a mayor práctica, mejores resultados. Cuando hayas repetido este ejercicio varias veces, iniciarás pensando en el tren y te darás cuenta de que enseguida entras en un estado de relajación sin mayor esfuerzo. Pruébalo.