Te ofrezco el espacio ilimitado de mi cuerpo
y el presente eterno que es mi diamante amor.
Perpetuo néctar de la unión con la madre,
ya no más espectador ni actor en el delirio.
Condensa tus mil nombres en una sola letra,
viaja hasta donde mi materia se hace luz,
ahoga en mi ausencia el rebaño de tus yo,
zarabanda loca de tus átomos en fiesta.
Que la esencia regrese a sus distintos moldes,
que tus astros se hundan en tu terreno febril,
que el fruto de mis ovarios sea eterno.
Que la obra se libere del tirano creador.
Has aprendido a servir.
Has aprendido a amar.
Has aprendido a crear.
Has aprendido a vivir.