Nombre maya: KA
PODER CREATIVO: Polarizar
ACCIÓN: Estabilizar
FUNCIÓN: Desafío
CUESTIONES A TRASCENDER: ¿Cómo trabajo y supero las dualidades de la vida?
MOMENTO EVOLUTIVO: Es el momento donde nos planteamos los desafíos, ¿Cómo identifico los obstáculos?¿Cómo me movilizo después de comenzar un proceso?
El Tono Lunar recuerda la existencia del Principio Universal de Polaridad, que invita a los humanos al gran desafío de superar las dualidades de la existencia. Nos hace saber que hemos salido de la Unidad primordial para comprender en la complejidad de la vida el camino que nos devuelve finalmente a esa Fuente del Uno. El Tono
Lunar impulsa a relacionarse con el otro, pero sobre todo comprender la polaridad de lo masculino y lo femenino, la dualidad presente en todas las instancias de la vida. Pide integración, comprensión y equilibrio. Si se niega alguna de las dos energías, la otra queda maximizada. Esta energía debe buscar la armonía, la fusión entre el
hacer y el recibir, entre la acción y la reacción, entre la actividad y la pasividad.
El otro siempre sera importante, nos acompaña y nos ayuda a equilibrarnos, nos refleja y nos muestra si estamos desbordados o vacíos en algún aspecto de nuestras vidas.
Tarde o temprano, el portador del Tono Lunar tiene que revisar sus conflictos personales, y esa sensación ilusoria de sentirse separado del Todo, simplemente porque se pone a creer demasiado en la dualidad de las cosas. Debe el interior de la misma persona, incluso en los distintos aspectos de la divinidad; desde allí construye su
propia identidad y da sentido a los flujos energéticos a su alrededor, los vaivenes del destino. En general, las personas que llevan este Tono Lunar buscan estabilizar las situaciones problemáticas, polarizándolas, es decir, ubicándose en la posición opuesta a lo que esté planteándose. Resuelven entonces la polaridad,
al hallar equilibrio entre los extremos, incluyendo a ambos, aprovechando sus energías o propuestas. En su vida aparecen las opciones, la idea de la duplicidad de las cosas, la sensación de que hay algo principal y algo que lo secunda, pero todo no es más que el gran desafío de encontrar la unidad escondida tras esa dualidad aparente.
Es una energía de mucha cooperación, vincularídad y necesidad de relacionarse. Deben examinar lo que les atrae y lo que rechazan para mantener sus balances conscientemente.
El nombre mismo (lunar) nos muestra también una energía cíclica, cambiante, maternal, sensible y emotiva, que necesita cuidar, contener y proteger a quienes formen parte de su círculo.
En su función evolutiva, es el paso donde se marcarán los desafíos dentro del proceso, cuáles serán las limitaciones a superar.