“La disolución. Exito. El rey se acerca de su templo. Es ventajoso cruzar las grandes aguas. La perseverancia es ventajosa.”
El texto del hexagrama se apararenta con el de T’sui, “la reunión, el recogimiento, …” (n° 45). Allí, se trataba de reunir lo que se habia separado, como el agua se acumula en los lagos de la tierra. Aquí, se trata de la dispersión y la disolución del egoísmo que separa. El hexagrama “la disolución” muestra de alguna manera el camino que conduce a la reunión, al recogimiento. Esto explica la analogía de los textos.
Para vencer el egoísmo que separa, el hombre necesita de la fuerza religiosa. La celebración conjunta de sacrificios solemnes y de ritos divinos, que expresan al mismo tiempo la cohesión y la estructura social de la familia y del estado, era el medio empleado por los grandes soberanos para hacer comulgar los corazones con las mismas emociones gracias a la música creada y a la pompa de las ceremonias, y para hacerlos conscientes con ellas del origen común de todos los seres. Así eran vencidas las separaciones y se fundían todas las durezas. Otra forma era el trabajo conjunto en grandes empresas colectivas que proponían un gran propósito a la voluntad; la concentración en este objetivo hacía caer todo lo que separa, igual que un barco que cruza un gran río y que todos los pasajeros están unidos en un esfuerzo común. De todas maneras, sólo es capaz de hacer fundir la dureza y el egoísmo aquél que está libre de un egoísmo parásito y que permanece en la justicia y firmeza.