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2. Casa ll

    Palabras clave

    • Recursos, facultades y capacidades
    • Cuerpo, sustancia, materia
    • Dinero, posesiones
    • Riqueza interior
    • Economía, finanzas
    • Valores personales y morales

    Tiene analogías con Tauro y con Venus. Representa el espacio donde la persona trabaja para materializar lo que necesita para vivir, convirtiendo energía en materia. Aquí encontramos cómo nos relacionamos con los bienes, las posesiones y los recursos necesarios para la vida.

    La Casa II está vinculada a las habilidades prácticas y materiales. Por ejemplo, es el área que indica cómo desarrollamos nuestras capacidades para obtener ingresos, conservar recursos y valorar aquello que poseemos.

    En la vida real, esta Casa se manifiesta en las decisiones cotidianas que tomamos respecto al dinero y las posesiones:

    • Cómo manejamos nuestro presupuesto personal.
    • Cómo priorizamos el ahorro frente al gasto.
    • Cómo definimos lo que es esencial y lo que es lujo.

    También refleja nuestra relación con el cuerpo y la materia. Esto incluye cómo cuidamos nuestra salud física, cómo nos alimentamos y la importancia que damos a vivir en un entorno cómodo y seguro.

    La Casa II es un espacio para explorar los valores personales y morales. En el día a día, esto se traduce en preguntas como:

    • ¿Qué consideras importante en tu vida?
    • ¿Qué estás dispuesto a hacer o sacrificar para obtener lo que deseas?
    • ¿Cómo defines tu sentido de abundancia y satisfacción?

    Esta Casa también señala cómo encontramos estabilidad emocional y mental a través de lo material. Por ejemplo, puede reflejar la necesidad de un hogar estable, una rutina ordenada o el disfrute de pequeños placeres que nos anclen al presente.

    En términos sociales, la Casa II se relaciona con el intercambio: lo que damos y lo que recibimos. Nos enseña que la riqueza no es solo financiera, sino también interna, como la confianza en nuestras capacidades y la habilidad de compartir con los demás.

    Por último, esta Casa nos invita a reflexionar sobre la relación entre nuestra autoestima y lo que poseemos. ¿Definimos nuestro valor personal por las cosas materiales que acumulamos? ¿O somos capaces de construir una identidad sólida basada en lo que somos y no en lo que tenemos?

    “La Casa Il indica no solamente lo que puedes tener, sino también lo que puedes dar”

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